domingo, 29 de noviembre de 2009

El "ejército negro"

Foto: Anthony Suau

Por Anabel Hernández/Reporte Índigo

Se trata del llamado “ejército negro”, conformado por los más de 45 mil efectivos de la Policía Federal (PF), brazo operativo de la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP). Sus miembros visten uniformes oscuros y se encuentran prácticamente en todo el territorio nacional. El presidente Felipe Calderón ha encomendado a este "ejército negro" implementar la estrategia de la guerra contra el narcotráfico.

Lo ha usado también para llevar a cabo las medidas más controvertidas de su gobierno, como la toma de las instalaciones estratégicas de la extinta Luz y Fuerza del Centro (LyFC) y la intimidación de los trabajadores electricistas con la toma del pueblo de Necaxa. Y hasta lo empleó para ocupar las instalaciones del Congreso de la Unión durante la aprobación del Presupuesto de Egresos de 2010. El propósito era evitar que diputados de oposición introdujeran a la sesión a ciudadanos inconformes con la propuesta del Ejecutivo.

Apenas el martes pasado, el gobierno federal volvió a recurrir a la Policía Federal para tomar el vestíbulo del recinto de San Lázaro. Mientras en el interior el PAN y el PRI se ponían de acuerdo para no interponer una controversia constitucional por la extinción de LyFC, afuera protestaban cientos de ex trabajadores electricistas.

En lo que va del sexenio, el presupuesto asignado a la Policía Federal ha aumentado considerablemente, al igual que el número de elementos, instalaciones, equipo y facultades. Incluso ha crecido más que el Ejército y la Armada.

De acuerdo a un análisis realizado por Reporte Índigo, de 2006 a 2009, el presupuesto para el "ejército negro" casi se ha cuadruplicado. (Fuente: Reporte Índigo/Por Anabel Hernández/ 27 Nov 2009)

En ese mismo periodo, los presupuestos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina sólo crecieron 65 por ciento. Y eso que deben mantener más efectivos e instalaciones que la Policía Federal.

Un análisis hecho por la fracción parlamentaria del PRD en la Cámara de Diputados señala que la Policía Federal es, por elemento, 70 por ciento más cara que el Ejército Mexicano.

El jefe del "ejército negro" es el controvertido secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, el hombre más cercano al presidente. El de mayor confianza y con más influencia en el primer mandatario.

El poder de García Luna se ha multiplicado al ritmo del presupuesto de su brazo operativo, pese a la molestia y protesta de la Sedena, institución para la que hay un castigo presupuestal desde hace dos años pese a que la tropa verde sigue siendo la carne de cañón de muchos de los operativos contra el narcotráfico. Y legalmente sigue teniendo bajo su responsabilidad la salvaguarda de la soberanía nacional.

En entrevista con Reporte Índigo, Jesús Zambrano, diputado del PRD y vicepresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, alerta sobre ese "ejército negro", el "ejército personal" de Calderón. Advierte sobre el excesivo poder acumulado por un hombre "siniestro" como García Luna.

"No solo le están dando más recursos a una policía corrupta, sino que incluso le están dando las herramientas para que tengan los datos personales prácticamente de todos los mexicanos para que sigan haciendo las tropelías, éstas en las que claramente aparecen involucrados", afirma Zambrano, quien califica a Policía Federal como "un grupo militar de facto".

Esta es la historia del "ejército negro". El mismo para el que García Luna quiere más facultades, más poder.



Foto: Anthony Suau
El 'ejército negro'

La Policía Federal Preventiva (PFP) fue creada en 1999, último año del sexenio del presidente Ernesto Zedillo. Estaba adscrita a la Secretaría de Gobernación.

El primer comisionado de la PFP fue Wilfrido Robledo Madrid, uno de los mentores de García Luna en su carrera policiaca desde que estaba en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).

En el año 2000, la PFP tuvo un presupuesto de mil 770 millones de pesos, un poco más de lo asignado a la Policía Federal de Caminos (PFC).

Diez años después, el presupuesto para el "ejército negro" es 17 veces mayor. De acuerdo al proyecto de presupuesto enviado por el Ejecutivo al Congreso, Policía Federal tendrá el próximo año por lo menos 17 mil millones de pesos.

En el año 2000, la PFP tenía 9 mil elementos, ahora cuenta con 45 mil. Cinco veces más.

El primer coordinador general de Inteligencia para la Prevención fue García Luna, quien estuvo en el cargo de octubre de 1999 a diciembre de 2000.

Pocos meses antes de que terminara el gobierno de Zedillo, Robledo Madrid, García Luna y otros elementos quedaron bajo investigación acusados de la compra ilícita y con sobreprecio de 15 aeronaves.

Tras la investigación, Robledo Madrid fue inhabilitado para ocupar cargos públicos por 10 años. La resolución se dio a conocer en mayo de 2003.

García Luna, quien no fue sancionado, hoy tiene bajo su mando a un numeroso grupo operativo y dispone de un presupuesto millonario, aunque eso ha servido de poco o nada.

El "ejército negro", con sus lustrosos uniformes y espectaculares instalaciones, como el Centro Operativo de Mando en Iztapalapa, es más pantomima que realidad.

Al igual que el Ejército Mexicano, la tropa está integrada por gente común y corriente, del pueblo. En el edificio de Reforma 364, donde se encuentra el Centro de Control de Confianza, todos los días llegan hombres y mujeres desempleados buscando una oportunidad de trabajo, aunque sea de policías.

Pero casi todos los altos mandos vienen del viejo equipo de García Luna en la Agencia Federal de Investigación (AFI). Todos con un controvertido currículum, como en su momento lo denunció y documentó el comisario Javier Herrera Valles, quien el pasado 17 de noviembre cumplió un año de haber sido arrestado tras cuestionar la corrupción e ineficiencia de la Policía Federal y la Secretaría de Seguridad Pública federal.

Luego de las denuncias de Herrera Valles, los hechos le dieron la razón. Se ha demostrado que algunos mandos del "ejército negro" han estado vinculados con la delincuencia organizada.

Entre secuestradores y narcos

En 2008, dos altos mandos de la Policía Federal Preventiva (PFP) fueron ejecutados y el comisionado interino del "ejército negro" fue detenido junto con otros altos funcionarios por sus presuntos vínculos con el Cártel de Sinaloa comandado por Ismael "El Mayo" Zambada y Joaquín "El Chapo" Guzmán.

El comisionado interino de la PFP Edgar Millán fue asesinado el 8 de mayo de 2008 en una vecindad de la calle Magnolias de la populosa Colonia Guerrero, donde vivían sus padres. Es una de las calles con mayor narcomenudeo en la zona.

Desde que Antonio Lozano Gracia era procurador general de la República, Millán, entonces policía judicial, arrastraba la reputación de vender plazas dentro de la corporación donde trabajaba.

El 26 de junio de 2008 fue asesinado Igor Labastida, director de Investigaciones de la PFP. Fue ejecutado cuando estaba en una fonda ubicada en la calzada México-Tacuba. Ese día, viajaba en una camioneta Cadillac Escalade en la que se afirma llevaba un millón de dólares.

En septiembre del año pasado, Lorena González Hernández, subdirectora de Secuestros y Robos del "ejército negro", fue detenida acusada de ser parte de la organización criminal que plagió a Fernando Martí.

En los primeros días de noviembre de 2008, fue detenido Gerardo Garay Cadena, comisionado interino de la PFP, luego de ser el protagonista de una fiesta organizada en una residencia del Desierto de Los Leones. Ahí fue detenido un narcotraficante colombiano que trabajaba para los hermanos Beltrán Leyva, grupo antagónico del Cártel de Sinaloa.

Luego de ser acusado de abusar sexualmente de las mujeres que permanecieron detenidas tres días, finalmente fue aprehendido porque fue delatado. Lo denunciaron por trabajar para el Cártel de Sinaloa y entregarle como trofeo las armas incautadas a los grupos rivales.

Hoy Garay Cadena está detenido en el penal de máxima seguridad de Nayarit pese a que Genaro García Luna intentó que su hombre de confianza no fuera procesado por narcotráfico, sino por abuso de autoridad.

En las declaraciones ministeriales rendidas por el hijo y el hijastro de Jesús "El Rey" Zambada García, quienes se acogieron al programa de testigos protegidos con los seudónimos de "Marifer" y "Rambo II", quedó asentado, aunque de forma muy general, que el Cártel de Sinaloa contaba con la protección de la Policía Federal.

En otras declaraciones de testigos protegidos también vinculados con el narcotráfico se afirma lo mismo.

La pregunta que se hacen, no sólo diputados como el perredista Jesús Zambrano, sino funcionarios de las oficinas de inteligencia de Estados Unidos, es: ¿para quién trabaja la Policía Federal?

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Maltrato a la tropa de élite

En marzo pasado, García Luna montó uno de sus shows. Invitó a Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, al Centro Operativo de Mando de Iztapalapa. Quería mostrarle las instalaciones como un ejemplo del sofisticado equipo que tiene la Secretaría de Seguridad Pública federal para combatir el crimen.

García Luna paseó a la funcionaria intentando impresionarla con simulacros de operativos.

Se supone que el Centro Operativo de Mando, inaugurado en junio de 2008, no solo cuenta con equipo tecnológico de primera para interconectarse en tiempo real con las 34 estaciones regionales de la corporación que están en todo el país, sino que posee modernas instalaciones, como dormitorios y regaderas, para dar alojamiento a los elementos.

Con sus intensas campañas mediáticas, la SSP pretende mostrar a un cuerpo policiaco bien entrenado, bien equipado y bien tratado. Pero la historia es muy diferente, según narran elementos de la tropa de la Policía Federal.

Aunque los elementos del "ejército negro" son los más caros de las fuerzas armadas de México, se quejan de maltrato.

De acuerdo a testimonios proporcionados a Reporte Índigo por elementos de la PF, les retienen durante meses el pago de sus viáticos cuando realizan una misión, no les proporcionan vehículos oficiales para llevarlas a cabo y tienen que pagar el transporte con sus propios medios, lo cual conlleva un alto riesgo para su seguridad.

Señalan que cuando están "concentrados" en Iztapalapa, viven en condiciones infrahumanas.

Y como ejemplo, narran lo ocurrido el pasado 21 de noviembre, cuando miles de elementos concentrados en Iztapalapa durmieron bajo de carpas ubicadas en los patios del Centro Operativo de Mando. Dentro de éstas había casas de campaña compartidas por dos o tres elementos que durmieron en el piso, sin colchonetas. Agregan que prácticamente no se les da alimento.

Las temperaturas en la zona llegan a ser tan bajas, que elementos del "ejército negro" denuncian que ya se registró la muerte de dos elementos por hipotermia.

De nada sirve la tecnología de las instalaciones si no es empleada como debe ser. Por ejemplo, ha habido casos de elementos de la PF desaparecidos que no han podido ser localizados pese a los supuestos sistemas para interconectar en tiempo real a todas las estaciones regionales. Estos avances no han servido para que los altos mandos detecten de manera oportuna el incumplimiento de los elementos que no llegan a la misión que les fue encomendada.

Foto: AP

Dinero y poder al 'ejército negro'

A todas luces, el "ejército negro" es ineficaz.

Así lo revela la situación que viven las ciudades y estados donde impera la ley del narco y la delincuencia.

Así lo revelan los miles de presuntos narcotraficantes detenidos que luego son liberados porque la policía no entrega las pruebas suficientes para mantenerlos en la cárcel.

Así lo demuestran los más de 15 mil ejecutados en lo que va del sexenio.

Y así lo confirman las voces del sector empresarial y de organizaciones no gubernamentales que ante la ineficacia del "ejército negro" y del ejército verde piden la intervención de los Cascos Azules de la Organización de las Naciones Unidas.

En este número, Reporte Índigo presenta las cifras del terror en Ciudad Juárez, Chihuahua. El presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, José Antonio Ortega, explica que los Cascos Azules entraron a Haití en 2004 cuando ese país vivía una situación muy similar a la que padece la ciudad fronteriza.

En los tres años que ha gobernado Felipe Calderón, la PF no solo ha sido pertrechada con presupuestos de miles de millones de pesos, sino que también ha sido empoderada a través de reformas legales que le permiten actuar de manera discrecional.

En abril pasado, la Cámara de Diputados aprobó el dictamen de la Ley de la Policía Federal. En ella se señala el cambio de nombre de la corporación, que dejó de llamarse Policía Federal Preventiva, para ser Policía Federal.

La nueva ley permite emplear agentes policiales sin uniforme cuando la investigación lo amerite. La corporación también puede llevar a cabo operaciones encubiertas y utilizar usuarios simulados para la prevención de delitos.

Además, la Policía Federal puede actuar libremente en recintos fiscales, aduanas, secciones aduaneras y puntos de revisión aduaneros.

Incluso había recibido autorización para hacer intervenciones telefónicas sin la orden de un juez, pero esta atribución fue revertida por el Senado cuando pasó por su tribuna la nueva Ley de la Policía Federal.

Apenas esta semana, el "ejército negro" estrenó su Centro de Inteligencia, que le permitirá "integrar las capacidades técnicas y operativas para toda la nación con una perspectiva institucional, al margen de implicaciones políticas y por encima de intereses particulares", afirmó el presidente Calderón en la ceremonia de inauguración.

El diputado perredista Jesús Zambrano advierte que es peligroso para la sociedad que una institución como la SSP, que ha sido infiltrada por el crimen organizado, tenga acceso a información tan sensible.

Hasta ahora ha quedado demostrado que los miles de millones de pesos asignados al "ejército negro" no se han traducido en beneficios reales para la sociedad, que mantiene estas estructuras a través de los impuestos. La violencia y la impunidad del crimen organizado continúan.


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