lunes, 15 de febrero de 2010

Documentar es hacer fotos: Alonso Castillo

Por Eliseo Gaxiola A.

-Básicamente documentar es hacer fotos- dice Alonso Castillo, fotógrafo integrante de número-f Agencia Fotográfica con sede en Hermosillo, Sonora.

Y en ese proceso de documentar y revelar la vida pública, el retrato colectivo de Sonora, su caso y el de número-f, se convierte en un acontecimiento anómalo por el desinterés que muestran los medios de comunicación locales en documentar el proceso histórico, la radiografía social de nuestro estado.

Anómala y laboriosa su labor.

“Hablando de foto documental como si se tratara de fotografía periodística no creo exista (en Sonora) un proyecto aproximadamente integral”, dice Alfonso Castillo

“Creo lo mas serio se hace en la prensa grande, la que paga capacitación e incorpora ésta visión a su mercadotecnia”.

Pero vamos por partes, sin prisas.

De entrada, Alfonso Castillo se cataloga como un fotógrafo “prácticamente autodidacta”: “Llevamos dos talleres en la Unison (en la escuela de Ciencias de la Comunicación) pero entonces no servía de mucho, el programa estaba muy disperso. No había programa mas bien”, platica

“Luego en la calle empiezas a probar como ensayo y error...ya en el camino llevé algunos cursos que combinados con lecturas y la practica van definiendo el estilo… Cursos con Ulises Castellanos, entonces coordinador de fotografía de Proceso, Pedro Valtierra de Cuartoscuro y en un tiempo en El Imparcial con Ricardo Ferro, coordinador de fotografía de la agencia EFE para el Caribe y America Latina”.

Las referencias que marcaron su comprensión a la fotografía como oficio, como herramienta para documentar la transformación de la vida social dice son diversas: “De rigor Nacho López o Álvarez Bravo pero igual los combinas con las imágenes que vas viendo desde chico, lo que ves en la Tv., en las noticias y luego te encuentras en los libros fotos como la foto del Pulitzer aquella en la que un rebelde vietnamita es ejecutado por un capitán del ejército; la revista Life, las imágenes de San Juanico, el temblor del 85; quiero decir, vas formando tu archivo personal con todo eso. Ah, claro...creces escuchando de Crispín Ballesteros aquí en Sonora”.

“Además, entonces no te dabas cuenta, pero como que tenías un poco de proximidad, por ejemplo, los de nuestra generación vimos las películas de terror de Carlos Taboada, “Hasta el viento tiene miedo”, “Más negro que la noche”, etc., o veías películas donde Gabriel Figueroa hacía la foto y no te dabas cuenta pero te gustaba. Fue la forma más directa de aplicar la imagen desde la experiencia individual yo creo”.

En 1992 se realizaron en el País, y en Sonora, “Las Jornadas de Paz y Dignidad” para conmemorar los 500 años de resistencia indígena -ahí empecé a fotografiar con sentido documental porque, básicamente, documentar es hacer fotos- dice Alfonso.

“Luego, me llamaba un poco la atención los graffitis y pintas en las calles de colonias y barrios, entonces de repente me puse a tomar graffitis porque me parecían formas autenticas de expresión, de emoción de la gente. La crisis, la sabiduría popular, muchos temas se agrupaban ahí y todavía sigo tomando pintas cada que me las encuentro; tomo las pintas políticas sobre todo”.

La pauta del famoso “librito” que dicta que la práctica fotoperiodística es una labor colectiva en la que participan, de manera directa e interdependiente, el editor de fotografía, el fotógrafo y el redactor, e indirectamente, los directivos, el jefe de información y la junta editorial (Martínez Moscoso, 2001-2002, 3), para Alonso Castillo, colaborador de Reuters, los medios locales no la conocen o la aplican a su comodidad: “En la escala y en las salas de redacción el fotógrafo, la imagen, están en el escalón mas bajo, o entre los escalones mas bajos… en la práctica no hay sensibilidad o editores de fotografía en los medios… aparte de que no existe disciplina por parte de los fotógrafos, no hay mucha ética, no hay proyectos de largo plazo”.

Ante este panorama ¿Cuál el rumbo del fotógrafo, hacia donde transitar el fotógrafo? ¿Freelance? ¿Difícil?, es la pregunta final: “En lo local (ser freelance), mucho. No se usa la foto independiente, nadie paga por ella, bueno, te pagan la carita del político, la rueda de prensa, que es lo que usualmente se utiliza en portales e impresos pero la otra foto creo no la consideran integrada al (su) proyecto. Tal vez si la consideran pero no la pagan. Bueno, por otro lado, creo que la foto puede existir fuera de estos marcos, como propuesta independiente, digo, se puede prescindir del apoyo institucional mientras entiendan que se trata de una obra válida académica, cultural y socialmente lo mismo aplica para los diarios”.

Entonces hacia donde transitas tú?

“Trato de abrirle campo para que sea redituable, tratamos de provocar o contribuir a ese cambio. Mira, en el estado tenemos un retraso grande con esto, mientras que el D.F ya rebasó el boom de la foto de prensa y documental nosotros atravesamos esa etapa sin siquiera tocar el tema. En algún momento tendremos que transitar por ahí aunque sea con ese retraso, de otra forma creo nuestro desarrollo va a ser muy limitado, nuestra formación, etc. Se trata de incidir un poco en el desarrollo de la foto de prensa en el estado, o en el municipio o entre dos o tres cabrones…”.

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