sábado, 10 de abril de 2010

Se robaron el río Bambuto


Eliseo Gaxiola Aldama.

A unos 24 kilómetros antes de llegar a Nogales, atrás del campo de almacenamiento de la planta de gas, “La Gasera” como le dicen los habitantes de la colonia agrícola ganadera “El Cíbuta, a un ladito del Rancho “El Represo”, bordeando el camino de tierra, casi a la entrada de la intrincada red de caminos vecinales que van a dar a donde sólo los rancheros saben, hay un represo que alimenta a exclusivas tierras de cultivo y fraccionamientos campestres “residenciales”. A este represo también lo rodean historias de enojo, corrupción y 180 mil dólares
“Haz de cuenta que lo que quedaba del río Bambuto se lo robaron de un día para otro y el Distrito de Desarrollo Rural número 140 ni cuenta se dio”, dice Luís Fernando Soto Corral resumiendo la historia.
“Lo que quedaba del río Mambuto” se dice porque a finales de la década de los ochenta del siglo que pasó, el Río Bambuto bajaba (feliz, califica Luís Fernando) de la Sierra Guacomea, arriba del Saric; corría hacia el sur: Cumeral, Cíbuta, Imuris, Magdalena. Cada trecho, antes de llegar al mar, cambia de nombre: Bambuto, Babasac, San Miguel.
Pero llegó el acuaférico, y con esto agua para los, en aquel tiempo, 300 mil habitantes de Nogales y su consolidada industria maquiladora.
Y también llegó la sequía a la Colonia Agrícola y Ganadera “El Cíbuta” creada el 10 de septiembre de 1941, mediante decreto expropiatorio con una superficie inicial de 25,803-76-46 hectáreas divididas en 38 lotes.
La sequía dio al traste con las tierras de cultivo; Los 38 lotes originales se han subdividido para dar paso a desarrollos de fraccionamientos campestres residenciales.
Pero aún quedan colonos que se aferran a la actividad ganadera, que conservan su historia, que respetan sus tradiciones y luchan por “lo que quedó del Río Bambuto”.



II
“Después del acuaférico el Bambuto se convirtió en un río de aguas de temporal, pero por debajo de su lecho corre mucho agua”, sostiene Luís Fernando Soto Corral. Y tiene razón, el 60 por ciento de la dotación de agua para Nogales viene de sus mantos freáticos.
Esta vastedad de agua subterránea de nada les sirve a los colonos ganaderos: “Sale muy caro extraer, bombear el agua… dependemos de las aguas de temporal”, afirma Soto Corral.
Y es aquí donde entran en esta historia Raúl Castillo Corral, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), el Distrito de Desarrollo Rural 140 ubicada en Magdalena y la Tercera Agencia Investigadora del Ministerio Público en esta frontera.
“Esta temporada nevó mucho, las nevadas fueron muy intensas y el río bajó con agua pero Raúl Castillo Corral desvió el curso del río hacia el represo que tiene a un lado de su rancho… El agua la vende a los desarrolladores de los fraccionamientos campestres… Luego averiguamos que se le dio un pago de 180 mil dólares para abastecer de agua a los fraccionamiento y a tierras de cultivo de personas con mucho poder”, sostiene.
Quiénes son esas personas de mucho poder, se le pregunta; se rehúsa a dar los nombres “las autoridades saben quien son”, contesta.
Dice que ante esto los colonos se organizaron y contrataron los servicios de un abogado.
“Primero se pidió a CONAGUA si existía autorización para desviar y embalsar las aguas superficiales… respondieron que no”, asevera
“Pusimos una queja formal en la Comisión y hasta la fecha no hemos tenido respuesta”.
Luego se iniciaron en su contra las amenazas, intimidación, disparos de arma de fuego y la parcialidad de la tercera agencia del ministerio público.
“La noche del 27 de febrero Raúl Castillo llegó al rancho disparando y amenazando de muerte si continuábamos con la denuncia ante CONAGUA. Fui a la segunda agencia y denuncié los hechos que demostré con los partes policíacos ya que la policía municipal y la estatal investigadora acudieron esa noche en mi ayuda… pero a los días resultó que la agencia tercera del ministerio público andaba detrás de nosotros”
“Tuvimos que ampararnos y levantar una queja ante la representación en Nogales de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, la queja s se puso a nombre del licenciado Alberto López el 8 de marzo”, afirma.
“Parece que ya entendieron, por lo menos ya el ministerio público se echó pa´tras “
“Ahora estamos esperando la respuesta de CONAGUA a nuestra petición”, dice y asegura que ante la tardanza del organismo para darles respuesta a sus peticiones optaron por acudir al quinto juzgado federal a interponer un amparo para que la CONAGUA de tramite debido y formal respuesta relativa al permiso otorgado a Raúl Castillo para aprovechar aguas nacionales dentro de las coordenadas LN 31 08’ 30.98” y LW 110 57’15.20.
“Mientras tanto, señala por último, le está apostando a que el asunto se enfrié para seguir cometiendo el despojo de las Aguas Nacionales...considerado como un delito federal”

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