Al bajar el “switch” será la insurrección
A la hora de escribirles, primeros días de marzo de este año axial de 2010, antes de que estalle la huelga en Luz y Fuerza del Centro como gatillo de la huelga general, apoyada por los honrados y combativos camaradas en el sindicato minero (de Michoacán para arriba, hasta Coahuila y Nuevo León, Durango y Chihuahua), en los maestros, los universitarios, los tranviarios y, por supuesto, los militantes experimentados de la APPO —quienes antes lograron enormes triunfos en Guerrero, Veracruz, Chiapas, Hidalgo, Puebla y aquí en el valle de México transmitieron sus ricas experiencias en las nuevas formas de lucha—, estamos logrando unificar a todo el movimiento de resistencia pacífica y creativa en una consigna.
El reclamo de que se le inicie un juicio político a Felipe Calderón y se le destituya, procese y encarcele por su ataque frontal contra la Constitución que configura el delito de traición a la patria, y de que esta acusación se haga extensiva a sus principales cómplices en las secretarías de despacho, muchos de ellos metidos en oscuros negocios con transnacionales, se generaliza en todo México. Como ya no se puede confiar ni en la Corte, cuyos fallos aberrantes demuestran que no hay un estado de derecho en México, que las garantías individuales y sociales no existen, que no hay justicia laboral, que el Ejecutivo (aun sea de facto) está por encima de la Constitución, y que no hay una división de Poderes, que el Legislativo ya no legisla y que se está liquidando la vigencia de la Constitución y ya no hay la posibilidad de hacer valer las armas del derecho, entonces sólo queda (como diría Francisco de Quevedo) batirse, con la lucha social. Como hace 100, como hace 200 años.
Cuando los dirigentes del SME bajen el switch darán la señal de luz insurreccional y revolucionaria que necesita todo el pueblo bueno y generoso de México. ¡Todos a la huelga nacional patriótica! Entonces habremos cumplido con nuestras responsabilidades históricas.
Cuando Calderón y su séquito de espurios, ilegítimos y usurpadores, al servicio de la mafia y de los potentados transnacionales, quienes se han prestado para destruir el Estado surgido del espíritu de la Revolución Mexicana —atentando hasta en contra de las medidas nacionalistas y progresistas de un presidente como Adolfo López Mateos—, sean enjuiciados, de inmediato llamaremos a la construcción de una Asamblea Constituyente, con un presidente interino en funciones. Comenzaremos a conducir la liberación del pueblo bueno y generoso.
Ley por ley y decreto por decreto para eliminar la miseria y el hambre, la explotación inmisericorde y la violencia del aparato militar y policiaco-judicial reforzado en los últimos años para aplastar en forma salvaje los anhelos populares. Decretaremos de inmediato el derecho del pueblo al trabajo, a la alimentación, a la salud, a la educación gratuita de todos (sólo hasta doctorado) y, claro, el derecho a la internet gubernamental. ¡Y a la felicidad! No podremos inmiscuirnos en asuntos religiosos porque el Estado de la Cuarta República será laico en forma plena; por eso nada diremos de la vida eterna. Pero dan ganas.
El gobierno huertista de estos días será aplastado. El Movimiento por la Defensa del Petróleo, el Bienestar Popular y la Soberanía arrasará al mal gobierno. Millones y millones ya tienen su credencial firmada por el comisario del pueblo, el líder sabio y astuto que sabe leer el corazón de la gente humilde (sobre todo de sus amados viejecitos). El tiraje del diario que habla con la verdad, sólo la verdad y toda la verdad y sin censura se agota en minutos. ¡Ni Luis Echeverría pudo soñar alcanzar estas metas de conciencia y organización, impulsadas por la jornada nacionalista-revolucionaria, tercermundista y antiimperialista! Ni Fidel Castro o Hugo Chávez creyeron que el pueblo de México regresaría a la senda de la historia. Sí se puede, comandantes heroicos y vanguardia intelectual de los oprimidos del mundo. También nosotros construiremos el socialismo del siglo XXI; juarista, bolivariano y, por qué no, cristiano.
¡Calderón huertista, te tenemos en la lista! Se reunirá el Comité de Salud Pública, presidido por el comisario del pueblo, y te daremos lo merecido. A ti y a todos los que se opongan a esta insurrección bien pacífica y más creativa.
PD: Me informa el siquiatra de piso que debe apagar la luz. ¡Pero seguiremos en contacto, como desde octubre de 2009!
Fuente: http://www.eluniversal.com.mx
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